A la muerte del rey Fernando VII, se produjo una pugna por la sucesión entre su hija doña Isabel y su hermano Don Carlos. La ciudad de Zaragoza constituía una magnífica posición estratégica, lo que unido al anhelo carlista de conquistar una ciudad grande, pues solamente tenía dominio rural, llevó a Juan Cabañero junto con 2800 Infantes y 300 hombres de Caballería, a tan audaz empresa.
Tras la toma de Belchite, y hacer un descaso en este pueblo, se dirigieron con las máximas precauciones hacia Zaragoza. La ciudad fue tomada con la ayuda de los carlistas del interior, en la madrugada del 5 de marzo de 1838. La entrada tuvo lugar escalando los muros próximos a la puerta del Carmen y distribuyendo las fuerzas por las distintas partes de la ciudad. Consiguieron sorprender a la guardia en la puerta de Santa Engracia a la que tomaron prisionera tras corta resistencia, pero no ocurrió lo mismo con la puerta del Principal que fue quien inicio el rechazo de las fuerzas carlistas.

La reacción de la población zaragozana fue rápida, saliendo a la calle junto a la Milicia Nacional, y al grito de ¡Viva la Constitución! lograron expulsar a las tropas carlistas de la ciudad . Los intrusos se vieron obligados a huir, dejando 191 muertos y alrededor de 800 prisioneros. Por parte de los ciudadanos solo se produjeron 7 muertos, 34 heridos, un contuso y 45 prisioneros. La reacción anticarlista fue tan fuerte que la facción hubo de retirarse y refugiarse en Cantavieja.
En la capital de Aragón el gobernador militar, general Esteller es juzgado por traición y ejecutado, ya que se pensaba que el era el que había facilitado a los carlistas la entrada en Zaragoza. Importante suceso tras el cual, se añadió al escudo de la ciudad la titulación de “Siempre Heroica”, a las banderas y estandartes de la milicia nacional se les permitió el uso de la corbata de la orden militar de San Fernando y se procuraron recompensas para los que se distinguieron a nivel individual, en la defensa de Zaragoza. En los años siguientes el Ayuntamiento constitucional de Zaragoza declaró festivo el aniversario y lo conmemoró oficial y solemnemente. En 1843 los acontecimientos de la historia de España llevaron al poder a los moderados, y a partir de este momento desapareció la conmemoración oficial. Pero los zaragozanos, habituados a la celebración, decidieron no renunciar a la misma y el 5 de marzo comenzó a proyectarse como una salida colectiva al campo y a los alrededores de Zaragoza por gran número de ciudadanos, que acudían a la arboleda de Macanaz y a las orillas del Gállego bien provistos de yantares y bebidas. Así nació la tradición que se repetiría durante muchas décadas.
Ya en el siglo XX, los Cabezo Cortado y de Buenavista, La Almozara y la Estación de Utrillas, se añadieron a los lugares habituales de celebración, debido a la expansión que la ciudad experimentó hacia el sur en esos momentos. El 4 de marzo de 1937, el Ayuntamiento acordó suprimir oficialmente la fiesta, que durante la Guerra Civil y hasta 1977 no se volvió a celebrar, del mismo modo que la calle Cinco de Marzo pasó durante esos cuarenta años a denominarse Requeté Aragonés.En 1977 comenzó una discreta y paulatina recuperación de la fiesta, volviendo a salir a los campos próximos a la ciudad y ya en 1979, el primer Ayuntamiento democrático devolvió el nombre a la calle que conmemora la histórica jornada.

En 1981 el Ayuntamiento de Zaragoza recuperó definitivamente la fiesta con la ayuda de las comisiones de festejos de los barrios, peñas y asociaciones ciudadanas. Desde entonces, se viene celebrando en el Parque Tío Jorge, en el barrio del Arrabal, siendo una jornada eminentemente lúdica y reivindicativa. Además de la fiesta local y de la tradicional comida campestre, diversas peñas, grupos políticos y asociaciones sociales y culturales instalan barras que aprovechan como espacio informativo de sus actividades.Los zaragozanos colman el parque en un día festivo de convivencia, en el que se preparan ranchos y carnes asadas, y donde no faltan pasacalles, verbenas, conciertos y animación callejera.
Colaboracíon de perneda
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